¿Alguna vez has amado a alguien con todo tu corazón y luego te has sentido traicionado por su rechazo? Eso es lo que me pasó a mí cuando terminé mi relación con el que creía el amor de mi vida. En este artículo, quiero compartir contigo cómo superé ese dolor y cómo aprendí a valorarme más.
Te amé con todos mis buenos sentimientos, me dolió tu desprecio final. Así podría resumir lo que sentí cuando me dijiste que ya no me querías, y aunque lo negabas, habías encontrado a otra persona. Fue como si me arrancaran el alma, como si me quitaran el sentido de vivir. Me quedé sin fuerzas, sin ganas de nada, sin esperanza.
Comprendí que querías estar enamorada, y estar enamorada es pasajero, por eso temía tanto cada vez que decías un te amo y luego al siguiente día cambiabas tus ánimos.
Hoy puedo decir que estaré bien, que superaré ese amor tóxico y que he aprendido a quererme más. No te voy a mentir, a veces todavía pienso en ti, pero superaré el dolor. Ya no te guardo rencor, ni te deseo nada malo. Simplemente, buscaré borrar tanto pensar en tu, de mi vida.
Si tú estás pasando por algo similar, quiero decirte que no estás solo, que hay mucha gente que te quiere y que te puede ayudar. No te quedes en el sufrimiento, no te aferres a lo que ya no es. Mira hacia adelante, busca tu felicidad y cree en ti. Tú vales mucho y mereces ser feliz.
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