Una semilla medicinal
para curar dolores del alma
que y aleje la semblanza
de la historia que me embarga.
Cargada de miles de historias
el presente que me inspira
a contar las despedidas
y buena suerte deseando.
Y el deseo sollozando
por la verdad despiadada
cuando el recuerdo te llama
a compartir sus vivencia.
Cargado de su presencia
y caricias abundantes,
sus olores penetrantes
hacen reescribir la historia.
Un dolor con poca gloria
y los deseos de intriga,
para que caigas en pena
pero siendo ella escondidiza.
Sabiendo que Dios protege
y que me tiende la mano,
mucho mas por ser humano
recibiendo protección.
Es como aquella canción
que relata las desgracias
que terminan siendo gracia
con la gloria del que sufre.
Para colmo cual novela,
que acompaña a esa canción,
sufre mucho el corazón
por superar el despecho.
Y me tomo ese derecho
de encarcelar al amor
diciendo con emoción
que la verdad lo condena.