Un despertar de cariño
con consuelo de ansiedad
encerrado en el olvido
y el orgullo de impiedad.
Un sacrificio con frío
del que no es de congelar,
dame la mano y no existo,
miro a tus ojos, no estas.
Altares de un cruel cariño
que hieren con la amistad,
desean condenas vagas
llenas de burlas y afán.
La esperanza con paciencia,
pelean a la resignación,
y surgen de la nobleza
de querer vivir en amor.
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