Y la atención a mis sentidos
se fue al olvido de su vivir,
con la derrota de un cruel castigo
de la distancia a flor de piel.
y los recuerdos que acechan
la soledad del desdén,
cuando en amor uno queda
pensado lo que ha de ser.
Mi paladar no resuelve
tantos tipos de amargura,
porque en amor no comprende
cuando no existe dulzura.
Sólo queda un cruel camino,
la paciencia del amor,
para quizá ver cumplidos
los deseos del corazón.
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