Madre

Me tuviste entre tus brazos
y sin pedir que me tuvieras
me cuidaste sin descanso
con tus risas y tus llantos.

Motivaste mis acciones con firmeza
y en los días memorables
de la historia pude aprender
la grandeza de luchar en la caída.

Hoy te extraño, madre, mi apoyo inmenso,
la primera que el destino me quitó,
y sabe Dios que mucho me haces falta
y que más allá de un año, todos los días me pasa.

De todo el mundo la única que comprendería
mi realidad sentimental aunque reprochandome.

Tu recuerdo siempre en mi,
mi regalo para ti, la vida.
mi consuelo para mi, el recuerdo
de haber nacido en ti.

Si me lees o sabes de mi
desde el cielo, lo único que te
pido es comprensión, feliz día.