y sin olvidarme Dios
me envio un suspiro de gracia
y trajó a mi mundo un amor.
Bastó con la gracia divina
para poderme consolar
y sin esperar más no prisa
mi niño nacio sin un mal.
El porvenir le asegura
días de amor y bondad
y la protección sagrada
de la luz de un buen hogar.
Mi niño es mucha armonía
es transcender sin igual
orgullo de su familia
y digno de ser mortal.
No me hallaría en existencia
sin su esencia de emoción
y es que sonrie su inocencia
despertando así atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario