jueves, 30 de octubre de 2008

Mi niño

Luego de haber deseperanza
y sin olvidarme Dios
me envio un suspiro de gracia
y trajó a mi mundo un amor.

Bastó con la gracia divina
para poderme consolar
y sin esperar más no prisa
mi niño nacio sin un mal.

El porvenir le asegura
días de amor y bondad
y la protección sagrada
de la luz de un buen hogar.

Mi niño es mucha armonía
es transcender sin igual
orgullo de su familia
y digno de ser mortal.

No me hallaría en existencia
sin su esencia de emoción
y es que sonrie su inocencia
despertando así atención.


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